-La sociedad de la información está
derivando hacia la sociedad de la ignorancia en medio de un caudal
inmenso de informaciones caóticas por descontextualizadas, de datos
irrelevantes que distraen nuestra atención, de manipulaciones
groseras de la información, de censuras incompatibles con una
sociedad democrática, de barreras crecientes al acceso a una buena
información y educación, y de olvido programado destinado a que los
jóvenes no conozcan su historia.
-Para participar en la vida pública se
necesita un cierto grado de formación e información, y es aquí
donde juega su papel la biblioteca pública, comprendiendo que un
ciudadano desinformado y con bajo nivel cultural tiene graves
dificultades para participar en asambleas y deliberar sobre asuntos
de interés general.
-Es necesario que el bibliotecario
comparta y ayude a difundir los valores democráticos y los derechos
humanos. Valores que pasan por considerar que la democracia no es la
dictadura de la mayoría y, por tanto, debe respetar a las minorías
asegurando el pluralismo informativo para que la biblioteca sea
multicultural y atienda, dentro de sus posibilidades, todas las
diferentes necesidades informativas y culturales.
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