Leer nos puede parecer algo natural cuando en realidad es una actividad muy compleja. Al leer no sólo estamos decodificando unos signos o letras, o reconociendo palabras y su significado. El proceso lector incluye poner en juego conocimientos sintácticos para poner en relación las palabras que constituyen unidades mayores. El lector debe comprender el significado de las oraciones, estas unidades mayores, y el mensaje y el contenido del texto, integrándolo en conocimientos previos y sabiéndolos contextualizar.
En un lector pueden darse distintos niveles de comprensión lectora:
-Comprensión literal, que se atiene a la información explícitamente reflejada en el texto
-Comprensión inferencial, en la que el lector elabora una representación mental más integrada y esquemática a partir de la información expresada en el texto y de sus conocimientos previos
-Metacomprensión, que consiste en la conciencia y control que el lector tiene de su proceso de comprensión. Consiste en establecer unas metas para la lectura y comprobar si se están alcanzando.
El buen lector planifica la actividad lectora, es selectivo al dirigir su atención a los diversos aspectos del texto, supervisa su propia comprensión y profundiza en la interpretación del texto.
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